Que la justicia de la ley empleada por los
hombres, no sea un peso sobre nuestras espaldas.
Si no, un alivio para el corazón sabiendo que
tienes el poder de juzgar y que solo Tú eres justo.
Que la paz que nos falta no sea un instar a los
lideres de este mundo.
Si no, a ti porque pronto vendrás a establecerla
para todo tu pueblo.
Que el perdonar no sea una acción solo para los
que quiero.
Si no, también para aquel que me hace daño,
así como perdonaste vos en la cruz.
Que la esperanza no sea un cansancio para
nuestro ser.
Si no, el placer de confiar en Ti.
Víctor Hugo Villordo
Mar del plata
domingo, 25 de enero de 2009
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